Samsung se compromete a acatar las leyes y regulaciones locales, así como aplicar un estricto código de conducta global a todos los empleados. Samsung cree que la gestión ética no solo es una herramienta para responder a los cambios rápidos en el entorno comercial global, sino también un vehículo para generar confianza con sus diversas partes interesadas, incluidos los clientes, accionistas, empleados, socios comerciales y las comunidades locales. Con el objetivo de convertirse en una de las empresas más éticas del mundo, Samsung continúa capacitando a sus empleados y operando sistemas de monitoreo, mientras practica una gestión corporativa justa y transparente.